Las carreteras están full de gente dirigiéndose a algún spot donde “dejarse ser” y darle un poco de despeje al rollo del racionamiento eléctrico, la inseguridad, la inflacion y todo el poco de cosas que nos aquejan (estoy usando frases de noticiero hoy). Mientras, como galletas en mi trabajo. Pero, ¿no tengo que trabajar, right? Aquí tengo el disco de La Vida Boheme, que los panas han tenido a bien regalarnos a todos los mortales para ponerle un soundtrack a este fin de semana. So be it!
Una de las cosas que más le agradezco a la crisis que vive nuestro país es que nos está dando exactamente el mismo síndrome global por el que han pasado paises como Brasil o Indonesia: Ya aquí la música pangola está desapareciendo. Aquí la gente está expresando. Y La Vida Boheme son quizá los que lo han hecho con mejor gusto en estos ultimos años. Ésta gente no se cae a cobas, ésta gente no está complaciendo a nadie. Esto es combate. Cada segundo de este disco es rudo, furioso, desde los coros, (“Esta es nuestra fiesta!!!”) que ya hemos escuchado en el temazo “Radio Capital” desde hace meses, y las letras, hasta los momentos electrónicos tan jalados por los pelos que contiene ésta pieza (“Nuestra”). Musicalmente hablando “Nuestra” es un compendio de sonidos que van desde el indie rock furioso hasta el Art Rock. Talking heads meets Fugazi para decirlo mejor. Hay ciertos momentos del disco como ‘Cigarro‘ y ‘Buen Salvaje‘ que me despiertan una nostalgia por Sentimiento Muerto del “Infecto” en las melodías vocales y líricas ”apagar el cigarro con los pies“ o “me encanta cuando vistes sin ropa“; pero de pronto, dentro de la misma pieza, tienes momentos que suenan a algo que es tan propio, tan original que uno se alegra de haber bajado el disco aunque el track 8 esté jodido. Me gustaria que alguien me lo pase. A la vez, mientras dejas correr el disco consigues cosas como ‘Flamingo‘ con las que te intrigas escuchando un riff de guitarra tan pero tan agradable, tan mellow, esperando escuchar la letra para saber si no vas a decepcionarte. Entonces escuchas “Si te tumba el mar abierto y el odio te ciega /yo estare ahi con balsas y un millon de velas” y te pones de buen humor. De verdad, se les agradece demasiado.
Venezuela necesita sangre fresca, necesita nuevos héroes, nuevos himnos. Lo digo desde ahora, por temas como ‘El zar‘, ‘Radio capital’, ‘Danz!’ o la ya nombrada ‘Flamingo’ este disco ya es y será un clásico del rock hecho en Venezuela. Así de simple.
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